CRISTINA LO HIZO
Con el cierre de las listas en Escobar han quedado definitivamente sepultadas todas las expectativas de quienes creían que el gobierno nacional iba a impulsar una renovación política que permitiera terminar, de una buena vez por todas, con Luis Patti y compañía.
Finalmente, luego de varios tejes y manejes, han quedado habilitadas tres listas pegadas a Cristina y Scioli: las de “Larry” Biaggioni, Luis Carranza y Roberto Costa. Promoviendo el corte de boleta se presenta el actual intendente, Silvio González. Todos viejos pattistas que hoy responden a la Rosada.
Con el fracaso de la lista unitaria K, desde la Rosada se allanó el terreno para que el candidato del Paufe, Sandro Guzmán, se alce con el palacio municipal.
Pero esto no parece inquietar demasiado al gobierno. El propio Guzmán acaba de decir que “Cristina va a hacer un buen gobierno porque la acompaña gente curtida y sabe qué hacer” (Infobae, 27/8). Los rumores indican que, por lo bajo, ya estaría preparando su pase al kirchnerismo después de octubre.
Muchos K es una forma, por derecha, de restarle votos a Scioli. Favor con favor se paga.
Nordelta, el gran elector
Esta definición repercute en todo el norte ribereño del Gran Buenos Aires, ya que detrás de todas las disputas electorales está quién va a capitanear el gran proyecto privatizador, de especulación inmobiliaria y turismo que está en marcha en la zona. Desde las megatorres de Vicente López y los emprendimientos inmobiliarios de lujo en San Isidro y San Fernando, hasta los countries y emprendimientos turísticos de Tigre y Escobar (Parque de la Costa y Temaikén) son millones los que hay en juego. No por casualidad el kirchnerismo decidió jugar con uno de sus mejores alfiles, el titular del Ansses, Sergio Massa, para disputar desde Tigre el liderazgo regional a Posse. La “concertación plural” nace como un nido de conspiradores.
En Escobar, el pattismo le arrebató al possista Roberto Costa la bandera de la integración de Escobar a la Región Metropolitana Norte (que integran los municipios de Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López). En el citado reportaje, Guzmán aclara que su triunfo no alterará en nada los planes de integración ya que “con la llegada de Nordelta a tierras de Escobar, con esas 1.500 hectáreas donde piensan expandirse, ya se establece una coordinación de hecho”.
Nordelta es una “ciudad privada” impulsada desde hace 10 años por el empresario Eduardo Costantini en Tigre, que una vez concluida alcanzará una inversión total de 1.000 millones de dólares (Infobae, 2/7). Una ciudad para 1.600 familias, con shopping, universidades, clínicas y centros comerciales exclusivos. Nordelta II, en Escobar, implicará desalojos a diestra y siniestra y la definitiva colonización capitalista de la costa ribereña. Para eso es necesario establecer quien garantice el orden y la seguridad.
Obviamente, Costantini y Perez Companc han elegido: en Escobar más vale malo conocido.
“Orden y progreso”
Todo indicaría que en Escobar se impondría, entonces, el pattismo. Pero es un pattismo en retirada, con la mayoría de sus funcionarios borocotizados al kirchnerismo, empezando por su actual intendente, Silvio González. Lo que da cuenta de la bancarrota del programa de Patti, que cuando asumió hace 12 años de la mano de Menem lo hizo con el verso del “orden y progreso”. Con “orden” en las calles se estimularía el flujo de inversiones, lo que redundaría en trabajo y progreso para todos los escobarenses. El fracaso está a la vista.
Los countries y la especulación inmobiliaria lo único que hicieron fue aumentar la desigualdad social hundiendo a los barrios obreros donde no hay agua, ni gas, ni accesos, ni asfalto, y se inundaron de basurales. Las salitas y el Hospital quedaron sin profesionales ni insumos, a la par que florecieron las clínicas y sanatorios privados en Belén. Mientras se ensanchó la Panamericana, el transporte popular colapsó con trenes y colectivos que tienen cada vez menos frecuencias y menos unidades. Se reforzó la represión a la juventud y se multiplicó con personal policial y de seguridad privada en un distrito donde la inseguridad aumentó fundamentalmente porque es la propia Policía y la seguridad privada las que organizan el delito y secuestran gente.
El verso (y fracaso) pattista ha sido calcado por todos los intendentes y candidatos K de la región. El “orden y progreso” es el discurso de Massa, de Posse, de Amieiro y de García.
Planteamos, en cambio, que el verdadero progreso social comenzará con un enérgico plan de construcción de 5.000 viviendas populares y un plan integral de obras públicas que arranque por los barrios más postergados del distrito; pasará por la erradicación de los basurales a cielo abierto y la construcción de un planta municipal de reciclaje; por triplicar el actual presupuesto sanitario para garantizar una salud de calidad 100% gratuita; por la intervención estatal de las empresas de transporte para garantizar un transporte barato el aumento de frecuencias y unidades; por fijar un salario mínimo igual a la canasta familiar.
Matias Villar