En Escobar se vive un clima de incertidumbre y bronca terrible entre los empleados municipales, dado que el intendente, Sandro Guzmán, acaba de anunciar una purga en la planta. El jefe comunal asegura que es necesario prescindir de todo el personal que no esté a la altura de la “nueva etapa superadora” del municipio.
Si hay algo que la caracterizará es, sin duda, la paralización total de la obra pública (principalmente asfalto).
Otro factor fundamental es la millonaria deuda que ha contraído el municipio con obras preelectorales pues, al parecer, el gobierno de la provincia (que iba a financiarlas) no ha girado los fondos. El gobierno provincial atraviesa una espectacular crisis fiscal y prioriza sus propios compromisos. Para ello recorta las coparticipaciones a los municipios. “Cacho” Angioi y los concejales del PJ disidente que acaban de ingresar al Concejo Deliberante, seguramente exigirán al Ejecutivo algunos “puestitos” para su gente.
Como siempre, el sindicato municipal se hace el distraído. Lo mismo ATE, que mientras despiden y trasladan de dependencia a sus afiliados, dice que “las negociaciones están complicadas” y “no conviene tensar las relaciones con el municipio”. Se calcula que ya han sido despedidos alrededor de 150 empleados y hay otros 400 telegramas listos.
Frente a este cuadro es necesario que tomen unas medidas de manera urgente. Hay que convocar a asambleas para pelear contra los cientos de despidos que quiere imponer Guzmán y exigir la reincorporación de todos los despedidos.
PARTIDO OBRERO ESCOBAR
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