La inseguridad ciudadana es un problema grave que afecta, en primer lugar, a los trabajadores.
También en esto, los trabajadores son el sector más vulnerable de la población; no tienen las murallas ni la seguridad privada que los proteja del delito.
Todo lo contrario, son el blanco de la coacción policial y del gatillo fácil.
La falta de seguridad ciudadana es el signo más contundente de la descomposición del Estado, porque tiene que ver con la vida de las personas.
Esa misma descomposición del Estado ya está presente en la inflación y en la adulteración del Indec; en el saqueo de la ANSeS para pagar la deuda externa o para subsidiar a las General Motors y Fiat; en la fuga de 45 mil millones de dólares desde finales de 2007; en el crecimiento de la mortalidad y la desnutrición infantil; en la propagación del dengue y el derrumbe de la salud pública; en la corrupción en los contratos entre la administración pública y los grupos capitalistas; en el fomento de la especulación inmobiliaria, por un lado, y el desalojo violento de los vecinos que no tienen ningún acceso a la vivienda propia; en fin, en el adelantamiento de las elecciones, los candidatos truchos y la preparación del fraude.
Gran parte de los jefes policiales y del propio sistema judicial proviene de la dictadura.
El delito organizado se aloja en las estructuras del Estado, y el ‘menor' en las estructuras de punteros de los partidos tradicionales, con vínculo en la justicia y la policía.
La principal estructura del delito es la cadena del narcotráfico, que va desde la producción ilegal, los bancos, las salas de juego, la especulación inmobiliaria, los gobiernos y los punteros políticos.
Otras estructuras ‘menores' involucran a los gobiernos municipales, que amparan a los desarmaderos o basurales clandestinos.
El capitalismo se ha transformado en un gigantesco negocio ilegal, por la simple razón de que este negocio asegura la mayor tasa de beneficio cuando el resto de las actividades se derrumba en una crisis.
¿Cómo pretender acabar con el delito y con la inseguridad sin atacar al aparato del Estado que lo prohija, encubre y protege, y sin atacar al capitalismo, que se nutre como un parásito del negocio de la destrucción física y moral de la juventud y de los seres humanos?
Por eso repudiamos a los que buscan criminalizar a la juventud para tapar sus propias fechorías; varios candidatos en vista, que hacen campaña contra los chicos y los pibes, tienen prontuario por contrabando o por retiro de dineros oficiales del país.
El Partido Obrero es el único que tiene una salida para la inseguridadEn primer lugar, deben ser destituidas las cúpulas policiales de la Federal y de la Bonaerense, por sus múltiples y comprobados lazos con el delito organizado.
Hay que desmantelar el aparato represivo.
A partir de allí, debe establecerse una fuerza de seguridad ciudadana construida sobre nuevas bases; sus cuadros deben ser reclutados y seleccionados bajo el control de organizaciones sociales y de derechos humanos.
En segundo lugar, que los libros de guardia y partes diarios de las comisarías estén sometidos al control de representantes electos; solamente así vamos a terminar con las zonas liberadas y con el gatillo fácil y los chicos muertos en las comisarías.
En tercer lugar, planteamos la elección popular de los jueces, para que rindan cuentas periódicamente ante la población sobre sus fallos.
En cuarto lugar es necesario que los bancos abran sus cuentas y que sean directamente nacionalizados para poner fin al lavado de dinero; lo mismo vale para los casino y la especulación inmobiliaria.
La descomposición del Estado y de la sociedad capitalista no puede ni debe ser pagada por sus jóvenes, condenados a la destrucción del paco; ni el trabajador sometido a la inseguridad cotidiana; ni por la mujer expuesta a las redes de trata de personas.
Aquí vale también que la crisis la paguen los capitalistas y su Estado.
Confrontá nuestras posiciones con la de los demás partidos políticos y decidí tu voto a conciencia.
PARTIDO OBREROEn Capital, Jorge Altamira, Vanina Biasi, diputados. Marcelo Ramal, legislador.
En provincia, Néstor Pitrola, diputado.
En Escobar, Miguel Sosa 1º Concejal, Claudia Consiglio 2º Concejal